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La Adversidad es una necesidad.
La Adversidad tiene el poder de incitar los talentos, las capacidades que en circunstancias prósperas, permanecen inactivas.
La Adversidad activa las facultades de los sabios, estimula al trabajador. Un océano calmo nunca hizo hábil a un capitán de barco.
Las tempestades de la adversidad despiertan las facultades y talentos de un individuo y generan prudencia, habilidad, fortaleza, coraje, paciencia y perseverancia.
La Adversidad hace pensar, inventar y descubrir. Las grandes personas y santos fueron probados, moldeados, pulidos y glorificados a través del fuego de la Adversidad.
Swami Sivananda (traducción no autorizada)