Por medio del Prana los dioses viven y también los hombres y los animales. El Prana es en verdad la vida de los seres. Por ello se lo llama la vida universal o vida de todas las cosas.
El Prana es el principio universal de la energía o fuerza. Es la Fuerza vital. Lo impregna todo. Puede hallarse tanto en estado estático como dinámico. Se encuentra en todas las cosas, desde las más elevadas hasta las más inferiores. Desde la hormiga hasta el elefante, desde la ameba unicelular hasta el hombre, desde la forma elemental de la vida vegetal hasta la forma desarrollada de la vida animal. El Prana es la fuerza que actúa en cada plano del ser, desde el más elevado hasta el más inferior. Cualquier cosa que se mueva, actúe o tenga vida, no es sino una expresión o manifestación del Prana.
Es el Prana lo que brilla en tus ojos. Es por medio de su fuerza que el oído oye, los ojos ven, la piel siente, la lengua saborea, la nariz huele, y el cerebro e intelecto realizan sus funciones. La sonrisa en la muchacha joven, la melodía de la música, la fuerza de las palabras enfáticas del orador, el encanto en la palabra de la persona amada…, todo ello se debe al Prana. El fuego arde gracias al Prana. El viento sopla gracias a él. Los ríos fluyen gracias a él. El avión se mueve en el aire gracias a él. El motor a vapor funciona gracias a él. Los trenes y los coches se mueven gracias a él. Las ondas de radio viajan a través de él. El Prana es el electrón. Es la fuerza. Es el magnetismo. Es electricidad. Es el Prana lo que bombea la sangre a partir del corazón por todos los vasos sanguíneos. Es el Prana lo que lleva a cabo la digestión, la excreción y la secreción.
El Prana se desgasta pensando, deseando, actuando, moviéndose, hablando, escribiendo, etc. Un hombre sano y fuerte tiene gran abundancia de Prana, o de fuerza nerviosa o de vitalidad.
El Prana es suministrado por medio del alimento, del agua, del aire, de la energía solar, etc. El suministro de Prana se lleva a cabo a través del sistema nervioso. Absorbemos Prana al respirar. Su exceso se almacena en el cerebro y en los centros nerviosos. Cuando la energía seminal se sublima o transforma, suministra Prana en abundancia al organismo, que es almacenado en el cerebro en forma de Oyas, o energía espiritual. Oyas no es sino Prana.
El Yogui almacena una cantidad inmensa de Prana por medio del Pranayama, de igual modo que una batería almacena electricidad. El Yogui que ha almacenado una gran cantidad de Prana, irradia fortaleza y vitalidad a su alrededor. Es como una central de energía. Quienes entran en contacto con él, absorben Prana de él y obtienen fortaleza, vigor, vitalidad y alegría de espíritu. Igual que el agua fluye de un jarro a otro, el Prana fluye realmente en una corriente continua desde el yogui evolucionado hasta las personas débiles. Esto lo puede ver realmente el yogui que ha desarrollado su visión yóguica interna.